Duelo por fallecimiento

La mayoría de las veces el proceso de duelo por la muerte de un ser querido transcurre de una forma natural, pero en regulares casos se ve alterado, dando lugar a un ‘duelo complicado. Este tipo de duelo implica procesos que no van hacia la asimilación o acomodación de la pérdida, sino que, en su lugar, llevan a repeticiones de sufrimiento ¿Consecuencias de no atenderse? que pueden llegar incluso hasta desencadenar en un trastorno en caso de la no atención inmediata.

Algunos síntomas para identificar un duelo complicado:

  • La persona no puede hablar del fallecido sin experimentar un dolor intenso, aunque haya pasado mucho tiempo.
  • Acontecimientos relativamente poco importantes desencadenan una intensa reacción emocional.
  • En el contenido de su discurso aparecen temas de pérdidas.
  • No quiere desprenderse de cosas del fallecido, lo quiere dejar todo igual.
  • Desarrolla síntomas físicos como los que experimentaba el fallecido.
  • Aparecen cambios radicales en su estilo de vida, evitan amigos, actividades asociadas al fallecido…
  • Aparece un sentimiento de culpa persistente, baja autoestima, falsa euforia, etcétera.
  • Existe una tendencia a imitar a la persona fallecida.
  • Experimenta una tristeza inexplicable.
  • Puede aparecer una fobia a la enfermedad o la muerte, relacionada muchas veces con la enfermedad que padeció el fallecido.

Recomendaciones

Valora la necesidad de solicitar terapia psicológica si el duelo se prolonga demasiado, si el malestar no se alivia con el paso del tiempo o se hace cada vez más intenso, si no consigues rehacer tu vida, si tienes deseos de irte con el fallecido… La terapia puede ayudarte a controlar tus pensamientos, a afrontar la toma de decisiones, a retomar tu vida, y a reducir la activación emocional.

Nunca tomes psicofármacos por cuenta propia o porque otros te los han recomendado. Este tipo de fármacos deben estar prescritos por un especialista.