Control de la conducta

El control de la conducta llega a ser fundamental en una sociedad convulsionada por muchos casos de violencia; muchas de las causales son desencadenantes biológicos y/o ambientales (entorno) como lo son el consumo de sustancias, entornos desestructurados, experiencias de bullying, problemas socioafectivos o antecedentes familiares. Estas situaciones pueden actuar de catalizadores para la presencia de este tipo de patologías, especialmente en la etapa de la adolescencia.

Para prevenir este tipo de patologías asociadas es fundamental el diagnóstico precoz y una intervención temprana.

El tratamiento especializado cognitivo conductual es muy efectivo para poder estabilizar al paciente, y el objetivo es ayudarlo a desempeñarse de manera normal durante su vida diaria. Una combinación entre psicoterapia y terapia ocupacional suele ser aún más efectiva. En consecuencia, no tenga problema alguno, hay tratamiento para este tipo de problema y nosotros en KALMA te podemos ayudar.

Estos trastornos se dan de forma más frecuente en el sexo masculino que en el sexo femenino.

Fuente: http://www.fundacioncadah.org/web/articulo

Conducta Negativa Desafiante 

Se presenta mediante un patrón de enfado/ irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa y que se exhibe durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un hermano.

Conducta Explosivo Intermitente 

Es un trastorno psicológico que se caracteriza por la presencia de un patrón de conducta agresiva y desproporcionada sin un motivo ni objetivo concreto, ocasionando alteraciones o perjuicios graves en el entorno físico y social y hasta en el propio individuo.

Trastorno de Conducta

Se da mediante el comportamiento repetitivo en el que no se respetan los derechos básicos de otros, las normas o reglas sociales propias de la edad.

Conducta de la Personalidad Antisocial

Manifestación de desprecio y violación de los derechos de los demás que se presenta desde la edad de 15 años.

Entre los comportamientos recurrentes encontramos: fracaso para adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal; irritabilidad y agresividad, indicados por peleas físicas repetidas o agresiones; falta de remordimientos, como lo indica la indiferencia o la justificación del haber dañado, maltratado o robado a otros; despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás, irresponsabilidad persistente, indicada por la incapacidad de mantener un trabajo con constancia o de hacerse cargo de obligaciones económicas, impulsividad o incapacidad para planificar el futuro, etc.